Némesis: la gemela oscura del sol

¿Será cierto que el sol posee una estrella gemela oscura llamada Némesis? Según cierta teoría su “gemela malvada” enviaría periódicamente a nubes de cometas hacia la Tierra, explicando así las extinciones masivas

SE TRATA DE UN EXTRAÑO  y desconcertante fenómeno. Grandes calamidades diezman la vida en la Tierra al menos cada 26 millones de años. En el pérmico, barrió al 95 por ciento de toda la vida. En el cretácico derrocó a los dinosaurios, junto a un 75 por ciento del resto de las especies sobre el planeta. Estos son tan sólo los casos mejor conocidos y probablemente los más dramáticos, pero no los únicos.  

Los paleontólogos David Raup y Jack Sepkoski publicaron en 1984 un artículo señalando estos periodos de cuando menos cinco extinciones periódicas  que trazaron durante los últimos 250 millones de años. Los autores no explican una probable causa para el fenómeno, pero sugieren que su origen podría ser no terrestre (oscilaciones del plano de la galaxia, por ejemplo, o el paso de nuestro sol por brazos espirales cuyas nubes podrían ocultar su luz hacia nosotros).

La extraña puntualidad de las extinciones masivas

Pero hay una teoría adicional. A las afueras del sistema solar, más o menos a un año luz de distancia, existe una inmensa nube de cometas  llamada la nube de Oort. Consiste de de miles de millones de estos gigantescos trozos de hielo. Desde la teoría del impacto en Chicxulub en la actual península de Yucatán que pudo poner fin al mundo de los grandes lagartos, muchos han pensado que estos impactos podrían no ser tan raros desde la perspectiva de un objeto girando alrededor del sol durante miles de millones de años, como lo hace la tierra. Más aún, se ha propuesto incluso una suerte de detonador.

Imagen de El País

  

“Hay cierta ambigüedad sobre la causa de la extinción de los dinosaurios", afirma al diario El País Robert Rohde, de Berkeley "Sin duda cayó un gran meteorito junto a México, pero, en una especie de broma cósmica, también hubo una masiva erupción volcánica en el extremo opuesto de la Tierra, que duró un millón de años y expulsó dos millones de kilómetros cúbicos de lava. Este tipo de vulcanismo también se ha vinculado a otras extinciones, y podría ser la causa de nuestro ciclo, pero habría que encontrar sus rastros en todos los mínimos de la onda para poder afirmarlo".

¿Qué ocurriría si el sol tuviera una hermana de menor brillo (una gemela “oscura”) tan lejana que su órbita la acercara a nuestro rincón del sistema solar cada 26 millones de años, bordenando la nube de cometas, y enviando con ello a un regimiento de bolas de hielo hacia el sistema solar interior?  Tal estrella debería ser lo bastante oscura como para no poder haber sido observada por los astrónomos de la Tierra (quizás una docena de veces más grande que Júpiter) pero cuya influencia en la vida en la tierra sería inmensa. ¿Es esto posible?

Nemesis

La idea de tal estrella, llamada informalmente Némesis por la diosa griega de la venganza, es sugerente y un tanto práctica. Fue sugerida formalmente por primera vez por el físico de la universidad de California en Berkeley Richard.A Muller, y de Princeton, Piet Hut. Pero no ha podido ser corroborada por ningún medio como el telescopio WISE   de luz infraroja. Claro, esto no significa que no sea verdad, tan solo no hay ninguna evidencia de su existencia.

Muller piensa que se podría tratar de una enana roja a 1.5 años luz de distancia en una órbita inestable que la haría abandonar el sistema solar en unos mil millones de años. La comunidad científica es escéptica, aún cuando los sitemas binarios son communes en la galaxia Vía Láctea; un tercio de todas las estrellas conviven en un arreglo así, si bien no a una distancia tan grande como la que existiría entre “nemesis” y el sol.  Las enanas rojas también son extremadamente communes. Se trata probablemente del tipo de estrella más vulgar en la galaxia. No irradian en el espectro visible de la luz, de modo que la posibilidad de una compañera oscura del sol no se puede descartar.

Alentado por la especulación nacida de los mundos errantes de la semana pasada, Phil Platt, autor de la conocida columna Bad Astronomy intentó calcular la probabilidad de encuentro con uno de estos planetas. Halló  que podría haber una tan cercana como la distancia a Alfa Centauri, la estrella más cercana a nosotros además del sol. Cabe decir que la teoría de “Némesis” a veces se emparenta no con una estrella oscura, sino con un gran planeta desconocido más allá de la órbita de Plutón, el “planeta X”.

Robert Rohde abunda:

"Si la periodicidad fuera exacta, el próximo mínimo sería dentro de cinco millones de años. Pero las reducciones de biodiversidad parecen una suma de caídas abruptas y graduales durante un periodo extenso. Esto significa, esperemos, que nuestros descendientes podrán identificar los cambios graduales mucho antes de que ocurra un cataclismo. Por ejemplo, verían un incremento de cometas o asteroides en el interior del Sistema Solar antes de que uno impactara en nuestro planeta".

 

Buscando a Némesis

Uno de los objetivos del telescopio infrarojo WISE es la búsqueda de estrellas enanas marrón. Davy Kirkpatrick, del centro de procesamiento infrarojo de NASA en Caltech, fue incapaz de detectar alguna traza de Nemesis usando un aparato especializado. Kirkpatrick duda que Nemesis se trate de una enana roja como lo ha postulado Muller, sin que esto sea de momento algo definitivo:

“Creo que la posibilidad de que el sol pueda tener una compañera de algún tipo no es una idea loca” afirma “Pudiera haber un objeto distante de órbita más circular que ha sido indetectado hasta ahora.”

 
 Wise catalogará a cuerpos similares a Némesis que se sitúen a 25 años luz alrededor de nuestro sistema. Si el misterioso objeto no aparece para el 2013, año final del proyecto, la hipótesis de Némesis caería en lo francamente improbable,

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